El primer martes de mayo de cada año se celebra el Día Mundial del Asma, una iniciativa que comenzó en 1998, auspiciada por la Global Initiative for Asthma (GINA) y en la que colaboran organizaciones y profesionales sanitarios de todo el mundo con el fin de difundir el conocimiento de la enfermedad, mejorar su control y concienciar a la población.
El asma es la enfermedad respiratoria crónica más prevalente en todo el mundo según el estudio GBD 2015 (Global Burden of Diseases, Injuries and Risk Factors). El mismo estudio destaca que en 2015, 400.000 personas murieron en el mundo por asma, y que su prevalencia global aumentó en un 12,6%, alcanzando la cifra de 358 millones de afectados. La patología asmática está presente en todos los países, independientemente de su grado de desarrollo, constituyéndose en una de las principales enfermedades no transmisibles.