La relación entre Carlos y Germana va a dar un fruto inesperado. El entorno del rey desea aprovechar el embrollo para librarse de la reina viuda, pero Carlos se resiste a cortar la relación y apartarla de la corte. Margarita de Habsburgo, su tía, toma cartas en el asunto. Informada por su sobrino Fernando, que ya se encuentra en Flandes, envía a Carlos a su hombre de confianza con una doble misión: hacer entrar en razón a Carlos y mermar la influencia de Guillermo de Croy, señor de Chièvres, cuya codicia amenaza con despojar al joven rey del trono. El riesgo es verdadero y llega en el peor momento, pues Carlos deberá aspirar a la corona imperial en breve.No será el único que lo haga: Wolsey, el canciller de Enrique VIII, maniobra con el rey de Francia para convertirlo en emperador, a cambio de su apoyo para ocupar en su día el trono de San Pedro en Roma.En Cuba, Cortés ve la oportunidad de cumplir su sueño mediante una artimaña: convertir una expedición de rescate en una de exploración