Carlos, victorioso en Túnez, denuncia airadamente en Roma los pactos entre Francia y el turco, sin que ello le reporte el apoyo del Papa contra Francisco. De vuelta a España, se encuentra con una emperatriz ofendida por su partida casi clandestina a la guerra y ha de lograr de nuevo su favor. Isabel, además, vive con angustia el riesgo que representaría para su vida quedar de nuevo embarazada. Sin embargo, también considera su deber asegurar la sucesión del reino. Isabel cede ante los avances de Carlos, que ignora el peligro que corre su esposa, y queda de nuevo embarazada. Leonor aprovecha la enfermedad de su esposo para ocupar el lugar que le corresponde en la corte y, desde esa posición, propiciar la paz entre Francisco y el emperador. Desde Nueva España, De Las Casas logra la intermediación de Isabel para que Roma proteja a los indios. Cortés, por su parte, es manipulado por el virrey Mendoza hasta conseguir alejar de la colonia al hombre que la conquistó y la puso al servici