Hoy hemos sabido que el menor de 15 años que no había sido inscrito en el registro civil ni escolarizado, por el temor de sus padres a que les quitaran la custodia, vivía en el barrio de Jinámar de la capital grancanaria. Su padre está en prisión y su madre a la espera de ser valorada por expertos en familia. Sus otros seis hermanos sí tenían los papeles en regla.