Entre el 5 y 7% de la población mundial padece una enfermedad poco común. La investigación es prioritaria para poder mejorar su calidad de vida y con apenas financiación, las asociaciones de enfermos tienen que buscar otras alternativas. Un ejemplo es el de quienes padecen ataxia de Freidreich. Quieren usar el micromecenazgo para recaudar más de 46 mil euros.