Hoy comenzamos +Canarias hablándoles de un caso que han hecho público estos días dos madres canarias. Sus hijos, de 5 y 7 años, tienen alergia a los frutos secos y a otros alimentos. Por prescripción médica, los pequeños deben llevar siempre consigo un antialérgico y un bolígrafo de adrenalina para que en caso de emergencia se le inyecte de forma inmediata. Los padres, por supuesto, ya saben cuál es el protocolo de actuación, pero en el centro escolar donde estudian los niños no se hacen responsables de custodiar ni de administrar la medicación.