El Rey siguió paso a paso la evolución de la situación en Cataluña. Muy pendiente de la intervención del President de la Generalitat, descartando unas elecciones anticipadas, de la decisión del Parlament sobre la declaración de independencia y la del Senado sobre la aplicación del artículo 155 de la Constitución.
Con los poderes del Estado activados, tal y como pidió el Rey, su papel como Jefe del Estado adquiere, a partir de ahora, otro perfil. Entra en una nueva fase en su función de arbitrar y moderadora.