El mundo de los muertos estaba perfectamente reglado en la antigua Roma. Desde la promulgación de la Ley de las Doce Tablas, quinientos años antes de la llegada del Imperio, todas las normas respecto al trato que debía proporcionarse a los muertos estaba perfectamente reglado en Roma. La Iusta Facere era la ley principal, la que establecía las obligaciones con el finado, so pena de fustigamiento fantasmagórico. Sobre todo se trataba de evitar el olvido. Esa era la verdadera muerte. Hoy nos acercaremos a este fenómeno capital en cualquier cultura a través del estudio de varios yacimientos del Mediterráneo, empezando por la gran necrópolis de Carmona en Sevilla.