Cuando los romanos cruzaron la orilla del Río Limia, el Río del Olvido, a finales del siglo II a.C. se encaminaban hacia el límite más noroccidental de la península, el último que les restaba por conquistar. ¿O habían llegado a través del mar? Las nuevas investigaciones sobre el comercio durante el primer milenio a. C. en las Rías Gallegas abre un universo de nuevas posibilidades. Un territorio que era considerado como un Finisterrae, reaparece con fuerza como un gran nudo comercial del Atlántico con el Mediterráneo. Y es en esta clave en la que tenemos que entender el despliegue de Roma en el territorio. Un despliegue que nos lleva por lugares increíbles como Aquis Querquenis, Lugo, Santa Eulalia de Bóveda, Las Islas Atlánticas o Armea.