Cuando hubo pasado la tormenta geopolítica de los llamados Pueblos del Mar, el mundo del Bronce, que era un mundo globalizado, al menos en Oriente, volvió a vivir una etapa de esplendores comerciales y culturales gracias al aumento desmedido del tráfico marítimo entre el oriente y el occidente mediterráneos. Este capítulo nos lleva por un relato que comienza con las huellas de esos misteriosos pueblos del mar para terminar en las costas atlánticas. Las islas del Mediterráneo central, y sobre todo, la península ibérica, van descubriendo un poderoso proceso urbano y de aculturación protagonizado por los fenicios y sus contactos con las poblaciones locales, ampliamente desarrolladas en el momento de la llamada colonización. Tartesos y etruscos son dos ejemplos de sociedades ampliamente influidas por los fenicios y otros pueblos orientales como los foceos.