Desde que se descubriera el célebre Togado de Pompaelo a finales del 1800, Navarra no ha dejado de aportar un caudal importante al registro arqueológico de occidente. Su situación privilegiada entre el Atlántico, Los Pirineos y la llanura del Ebro, han permitido una ocupación humana desde el Paleolítico. Desde el Hombre de Loizu hasta la arqueología de los castillos, eso es lo que se podrá ver en un programa que aclara – por ejemplo – las circunstancias de la caída de la capital de los berones a manos de Sertorio, sin dejar de bucear en la violencia del neolítico, gracias a la excavación del sepulcro megalítico de Longar. Lugares como Las Eretas o el Museo Arqueológico de Pamplona son el telón de fondo de la arqueología de un territorio y una historiografía claves en el bagaje general de la arqueología española.