Resulta paradójico que la ciudad tal vez más representativa de Turquía derive su topónimo, Erzurum, del árabe Aard-er-Rum, es decir, de Tierra de Romanos, nombre con el que se designaba antes a los cristianos en el ámbito del Islam. Capital oriental de los bizantinos, fue durante siglos paso obligado de las caravanas que desde Europa se dirigían a Persia, China y la India.