El "Yaglu Guresh", la lucha turca, no es solo el deporte turco por excelencia, es también un ejercicio noble impregnado de valores místicos, cuyos orígenes se remontan al siglo XIV. Su dimensión religiosa le confiere carácter de vía de perfección espiritual. En verano, el campeón Bekur Shahim recorre Turquía para participar en Justas; en invierno, se entrena y perfecciona su conocimiento de la tradición religiosa y literaria otomana.