Estambul, antes Bizancio y Constantinopla, fue fundada hace 27 siglos y puesta bajo la protección de los dioses paganos, antes de encomendarse a la trinidad cristiana y elevar sus alminares esbeltos a la gloria de Alá. Hoy maravilla al visitante, no solo por su situación extraordinaria y el esplendor de sus monumentos, sino también por su paisaje humano y por la sabia alternancia de sus juegos de sincronía y diacronía.