Los Drakensbers o Montañas del Dragón son un territorio inhóspito e implacable, aunque no incompatible con la vida. Estas montañas formadas por magma y basalto constituyen una reliquia viviente de los cambios geológicos que configuran nuestro mundo. Patrimonio de la Humanidad desde el año 2000, albergan a miles de especies de plantas y un sinfín de aves, mamíferos, reptiles y anfibios.