Gracias a la confesión de Gonzalo Blanca por fin es libre, pero sus preocupaciones no han terminado. La boda entre Marta y Jorge es inminente y la familia está de los nervios. Los novios no quieren esperar más. Pero la posibilidad de que sean hermanos les tiene en vilo. Todos se tienen que poner manos a la obra para demostrar que Jorge no es hijo de Ricardo sin que él se entere. ¿Lo conseguirán? Y si lo hacen: ¿Qué pasará si la prueba sale positiva? Y es que, encima, con el retraso de la boda, los invitados están empezando a cabrearse. Parece que no pueden tener ni un evento familiar tranquilo. Aún así, la aparición de algunos invitados inesperados, alegrará el día a las Lasierra. ¿Serán felices y comerán perdices? Esperemos que sí.