Ante las amenazas de Armando, Jorge se encuentra cada vez más preocupado por la seguridad de su hijo. No puede vivir huyendo constantemente y debe enfrentarse a sus demonios, aunque su familia intente impedírselo. ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar para proteger a sus seres queridos? Después del encontronazo entre el párroco y la psicóloga, Bea decide disculparse y dar la charla que ayuda y resuelve muchas dudas de los vecinos del pueblo. Parece que la religión y la psicología tienen más en común de lo que pensaban. Por otro lado, Menchu, cuidando del pequeño Guille, se da cuenta de que ella y Martínez tienen una visión muy distinta sobre la educación... ¿Qué supone esto a la hora de criar al bebé? ¿Es un problema insalvable? La duda se cierne sobre la pareja.