Alejandra está desesperada, el juicio a Alcázar ha resultado un completo fraude y la ejecución del militar es inminente. Por suerte ni Fernando ni Encarna se resignan a que Hugo se salga con la suya. Los tres amigos comprenden que tendrán que salirse del marco de la legalidad si quieren tener alguna posibilidad de sacar a Alcázar de su encierro antes de que sea demasiado tarde.