Nos ocupamos de los habitantes de lo oscuro, los murciélagos. Conviven con nosotros de manera discreta y son animales protegidos, imprescindibles para el control de insectos dañinos. Por otra parte, tras el vertido de Aznalcóllar, el cauce del Guadiamar fue restaurado, convirtiéndose en un corredor verde al que se aplicó la figura de paisaje protegido. Por último, los corrales gaditanos son un buen ejemplo de aprovechamiento pesquero sostenible en el que se multiplica la biodiversidad marina.