Adama Bah es una inmigrante guineana que creció en EE.UU. y fue detenida tras el 11-S, cuando tenía 16 años. Después de pasar seis semanas y media en un centro de detención juvenil, tuvo que llevar un dispositivo de vigilancia en el tobillo y cumplir un toque de queda durante tres años. En Entrevista, de RT, explica el calvario que sufrió a causa de su origen.