Su madre, la activista hondureña Berta Cáceres, fue asesinada a tiros en su casa hace un año. Después de varias amenazas de muerte, la pesadilla se convirtió en realidad. Pero Laura Zúñiga Cáceres es una digna heredera de su madre y continúa su lucha: por los derechos humanos, por la verdad y por la justicia.