Música, cocina, cine, incluso apellidos... La influencia latina en EE. UU. se encuentra a todos los niveles, y aporta un color y un sabor especial al país norteamericano. Pero también ayuda a preservar el idioma y la tradición que los propios migrantes latinos antaño introdujeron en EE. UU., convirtiéndolo en un perfecto ejemplo de los beneficios que aporta la riqueza cultural de otros pueblos. Y es que, quizás, sin la mezcla de culturas la vida de los estadounidenses sería mucho más aburrida.