El ser humano no se cansa de ponerse retos, y la conquista del espacio les plantea un puñado de ellos que, desde luego, están a la altura de su inventiva. ¿Colonizar Marte, por ejemplo? ¿Por qué no? Al fin y al cabo, para ello no hay más que solucionar un par de problemillas insignificantes, como recorrer una distancia asombrosa cargando con toneladas de equipamiento o apañárselas para vivir en un ambiente sin agua y sin oxígeno. Minucias. Ahora bien, lo de poder volver, eso es otra historia.