¿Cuánta gente ha pasado años en la cárcel por estar en el lugar equivocado y en el momento equivocado? Jerome Morgan estuvo más de dos décadas encarcelado, condenado por un homicidio cometido en una fiesta a la que asistía. No huyó de la escena del crimen. Tenía testigos. No le sirvió de nada: la Policía necesitaba un culpable para salvar la cara. Y por si fuera poco, cuando unos abogados decidieron ocuparse de él y reabrir el caso, el huracán Katrina vino a complicarlo todo.