Ruanda es un país que a pesar de las heridas que dejara el genocidio en 1994 sueña con olvidarlo y levantarse. Este proceso se está dando gracias a los esfuerzos de muchas mujeres, que después del genocidio conformaron la mayoría de la población del país. Estas mujeres organizadamente y con decisión superan muchas situaciones, donde, tal vez, un hombre se daría por vencido.