Los montes Wudang vieron nacer en el siglo XII un arte marcial que pervive hasta nuestros días: el wushu. En ese mismo lugar se siguen enseñando y practicando estas antiguas técnicas íntimamente ligadas con el taoísmo que persiguen el perfeccionamiento del cuerpo y del alma. De esta arte marcial proviene el taichí, que hoy en día practican millones de personas en todo el mundo, pero que en su forma tradicional y auténtica, se practica solo en estas montañas.