Quienes dejan sus hogares para huir de la guerra nunca saben qué hallarán a su regreso. Los habitantes de Waziristán, una región pakistaní en la frontera con Afganistán que pasó 10 años bajo dominio talibán, lo saben bien. Tras una ofensiva del Ejército pakistaní ahora tienen la oportunidad de regresar a su tierra. Tarea nada fácil: militares por todas partes, controles exhaustivos y mucho miedo. Aunque se conserve la esperanza, volver a casa no siempre es todo lo dulce que uno se espera.