La vida parecía sonreír a los habitantes de Semunying Jaya, en Indonesia: la selva que les rodeaba les brindaba todo lo necesario para vivir. Pero todo cambió cuando llegaron las empresas de aceite de palma y empezaron a talar la selva para reemplazarla por plantaciones de palma aceitera y a envenenar el medioambiente; ahora la agricultura, la pesca y la caza son prácticamente imposibles. Pero los aldeanos quieren que les devuelvan sus tierras y no están dispuestos a rendirse sin luchar.