A veces las peores tragedias de la vida pueden presentarnos nuevas oportunidades. Mientras Svetlana Pchélnikova hacía la rehabilitación de un accidente automovilístico que la dejó gravemente herida, decidió que era hora de cumplir su sueño de niña y se puso a hacer muñecas. Aquella tragedia le permitió repensar su vida y así fundó una organización benéfica que, mediante la venta de las pequeñas muñecas, recauda los fondos para ayudar a salvar la vida de muchos niños necesitados.