Los acontecimientos de octubre de 1993 en Rusia tuvieron al mundo entero en vilo. La Casa Blanca moscovita se convirtió en el escenario sangriento de los hechos. La confrontación entre el Poder Ejecutivo ruso, representado por el entonces presidente Borís Yeltsin, y el Poder Legislativo, dirigido en aquel momento por el presidente del Sóviet Supremo Ruslán Jasbulátov, desencadenó un conflicto armado los días 3 y 4 de octubre de 1993.