La guerra contra las drogas iniciada por EE.UU. hace 50 años ha costado miles de millones de dólares, ha destruido comunidades enteras y muchas vidas, y no ha logrado reducir ni el narcotráfico ni el consumo de sustancias ilícitas. La Administración Biden ha preparado un nuevo plan para contrarrestar el creciente terrorismo proveniente principalmente de grupos violentos de extrema derecha del país norteamericano. Pero, ¿amenaza la estrategia de Biden los derechos humanos?