Muchos vieron la llegada de Biden a la presidencia con la esperanza de empezar a resolver viejos problemas en EE.UU., como la crisis en la frontera sur y el debate sobre el control de armas; sin embargo, ambas cuestiones parecen lejos de poder solucionarse. ¿Es posible reducir la migración sin poner remedio a las causas que la impulsan? ¿Cómo reducir la violencia armada sin embarcar a la sociedad en un profundo cambio cultural?