Los intentos de desestabilizar a gobiernos progresistas de América Latina chocan con un escudo de integración y solidaridad. La gestión de Barack Obama no logra contener debates raciales y provoca desconfianza popular por el sistema judicial de EE. UU. Y la crisis en Ucrania provocó que EE. UU. y Rusia revisen sus relaciones y que la comunidad mundial recuerde la Guerra Fría.