La CIA liberó a algunos presos peligrosos de Guantánamo a cambio de colaboración, lo que demuestra el vínculo de EE. UU. con Al Qaeda. El presidente afgano queda entre la espada y la pared al retrasar la firma del acuerdo sobre la permanencia de tropas estadounidenses en el país. Y la militarización de la policía en EE. UU. es vista como muy peligrosa por los activistas porque temen que los equipos represivos se usen contra la población.