Para algunos chilenos la constitución de 1980 continúa legitimando el régimen de Pinochet, mientras que otros celebran que ese texto haya permitido la transición de un sistema autoritario a uno democrático. ¿Es un simple capricho, al tratarse de una herencia pinochetista, o son cambios fundamentalmente necesarios para la democracia actual del país andino? En esta edición ponemos las ‘Cartas sobre la mesa‘ a la Constitución de Chile.