La infección por el VPH es la infección de trasmisión sexual más frecuente a nivel mundial y es una condición necesaria pero insuficiente para que se produzca un cáncer de cuello de útero, detectándose este virus en casi la totalidad de los mismos y hasta en el 80% de las lesiones preneoplásicas. La infección por este virus puede eliminarse en menos de dos años.