La resistencia en el tenis se ha entrenado tradicionalmente mediante sistemas heredados de otros deportes como el atletismo. En un principio, la carrera continua ha sido el método más habitual de entrenamiento; posteriormente se introdujeron los entrenamientos con cambios de ritmo y los interválicos, pero manteniendo siempre la carrera. Sin embargo, en los últimos años se ha intentado introducir sistemas más específicos, que tuviesen mejor adaptación a los requerimientos metabólicos, así como a las exigencias mecánicas del tenis. Esta tesis estudia los resultados de dichos sistemas específicos.