La cátedra de Estética se introdujo en la Universidad Española en 1858, bajo el impulso de Julián Sanz del Río, el principal difusor del krausismo, que pretendía cambiar la filosofía del país y, con ello, contribuir a la homologación de España con el resto de naciones. El objeto de estudio de esta tesis ha sido dilucidar las funciones que las instituciones educativas han querido que la Cátedra desempeñe desde el siglo XIX hasta nuestros días.