Esta tesis doctoral tiene una gran aplicabilidad en el campo de la ingeniería civil. La  conclusión general es que para conocer correctamente el tipo de materiales que conforman el subsuelo, así como el estado en que se encuentran, se deben aplicar conjuntamente varias técnicas geofísicas –en este caso, dos de tipo sísmico y una de tipo eléctrico–. Un método por sí solo ofrece una información limitada, que además en determinados casos puede resultar errónea.