Santa Marina se extiende sobre la rasa costera de Cudillero entre los cabos Vidíu y Bustu. Su ribera está conformada por pequeñas playas de imponentes acantilados, como las de Gairúa, Calabón o Gavieiro. Junto con Ballota, Santa Marina celebra sus fiestas en la atalaya de la ermita de San Roque, desde la que se divisia un espectacular paisaje. Es reseñable su ganadería y antiguos molinos, así como el Camino de Santiago, que atraviesa el pueblo por la mitad. La presencia indiana se deja sentir, precisamente, en su albergue de peregrinos.