Al pie de las montañas del Cuera y a solo cuatro kilómetros del mar se encuentra el pueblo llanisco de Porrúa. Pese a su extensión (está formado por veinte barrios) su tranquilidad y multitud de servicios y tradiciones le convierten en un lugar ideal para conocer con calma. La huella de la emigración a América, sobre todo a Venezuela, marcó y continúa haciéndolo hoy día. Pero Porrúa siempre será un pueblo de teyeros y pastores, con rebaños paciendo en su queridísima Mañanga.