El recién elegido mejor restaurante del mundo, el neoyorkino Eleven Madison Park, cuenta en su carta con tres sidras de procedencia asturiana. Los lagares de la región bullen con las ideas de una nueva generación de lagareros que tratan de reinventarse para romper el techo de consumo alcanzado por este producto. Un sector que encaja ahora la competencia reforzada de la sidra del País Vasco, que estrena denominación de origen y que cuenta con la sólida plataforma de promoción de su gastronomía.