Nos vamos hasta el Pirineo Navarra para disfrutar de una bella localidad que a lo largo de los años ha tenido que luchar por sobrevivir. Sufrió varios incendios durante las guerras pero el más grave se produjo en 1898 cuando de manera fortuita se quemaron todas las casas y cosechas. Tuvieron que reconstruir sus hogares y para conseguir el dinero, muchos vecinos tuvieron que emigrar como pastores a EEUU y a Francia. Una historia que nos las cuenta Ángel Mari Loperena, de Auñak Servicios Turísticos. Este garraldés compagina su trabajo de guía como conductor del autobús escolar. Uno de los vecinos que tuvo que buscarse la vida como pastor fuera de la localidad es Lino Arriola. La ganadería es fuente de riqueza y hay jóvenes que apuestan por quedarse y vivir en Garralda. Es el caso de Beñat Barberena y Elías Juanpérez. Y como no, hay que acercarse hasta la carnicería municipal. Hasta allí se acercan muchos navarros durante el fin de semana para comprar productos como la txistorra o el