Los concursantes, divididos en Playa Furia y Playa Clama, comienzan a adaptarse a las condiciones de vida de la isla en sus primeros días de convivencia. Algunos, como Joshua, apenas han podido dormir y otros, como Makoke, han logrado descansar. Además, abren sus primeros cocos, pescan, intentan hacer fuego y construyen un pequeño refugio.