Son doce fugitivos y algunos están infectados, pero todos tienen clara una cosa: no van a permitir que les atrapen. Son conscientes que para sobrevivir necesitan estar juntos. En el refugio, después de que el grupo consiguiera encerrar a Carlos, convertido en rabioso, comienza a planear la idea de acabar con él, algo que no piensa permitir su madre, Pilar. Mientras tanto, Crespo, otro de los fugados de pasado carcelario, sale en busca de armas y dinero junto a Suso y Diego.