La lectura del testamento de su padre guarda un regalo envenenado para Ates. La gestión de las acciones de la empresa familiar recaerán sobre el tutor legal de los tres hijos menores de fallecido y la persona elegida por este para hacerlo no es otro que Ates. El empresario no está dispuesto a pasar por algo así, pero las clausulas de las últimas voluntades de su padre no que quedan ahí. Al descubrir que ha perdido el colgante de su madre, Leyla se ve obligada a volver al lugar de los hechos y buscar a Ates para que le ayude a encontrarlo.