Farah será interceptada por unos enemigos de Tahir e intentarán secuestrarla a la fuerza. Tahir sentirá una vez más la culpabilidad de que la vida de la doctora haya corrido grave peligro debido a sus trapos sucios y su complicada vida vinculada con la mafia. Farah descubrirá la verdad sobre el que iba a ser el donante de su hijo.