Hasret no puede evitar sentir dolor al ver a Mehmet Emir. Las heridas del pasado todavía no se han cerrado y la madre de Bahar no ha logrado olvidar al que fue su gran amor. Ates ha mandado reunir a todos en casa de los Atahan para pedir la mano de Efsun. Pero Ilyas no podrá permitir que su mujer y su hija sigan destrozando con su egoísmo la vida de Bahar.