La aparición de Atif en casa de los Karaaslan provoca una nueva crisis. Ziya se ensaña con su hija Belgin a la que hecha de casa nombrando como su sucesora al mando a Fahrünisa. Refugiada junto a su hermana Füzun, Belgin encuentra una vez más apoyo en Atif por más que le pese a Filiz y Müberra. En su desesperación Mete también huye y un nuevo encargo de Naz pone en un compromiso a Incila.