Mete se interpone en el negocio del aparcamiento de Kadir y eso empeora aún más las cosas forzando a Afife a enfrentarse a Ziya sin los miedos que la atenazaron en el pasado. Con la amenaza de esta sobre la mesa, al patriarca de los Karaaslan solo le queda interceder por el prometido de Incila y ponerle bajo su protección ante la atónita mirada de Mete.